Salgo un domingo con rumbo a tu mundo, en el camino me distraigo con los pájaros que vuelan, va uno tan cerca que empiezo a brincar para atraparlo, corro, salto, se aleja, sonrío, sigo caminando…
Puedo divisar muy lejos tu casa, me parece que es esa, la veo un poco distinta, como más grande y con una chimenea, la verdad no sabía que tenía chimenea, quizá apareció esa mañana… hace mucho calor, necesito agua, tengo angustia, empiezo a pensar que no llegaré…
Se me acerca alguien, trata de tomar mi mano, no logro ver su rostro, tan solo veo manchas creo que el sol me está cegando, me aparto y veo que se extingue…
Estoy atravesando un lugar que antes no conocía, está lleno de lodo, me cuesta caminar, trato de retroceder pero en lugar de eso me acerco más, me estoy hundiendo y no encuentro nada para agarrarme, me dejo llevar, y siento algo de placer al hacerlo, creo que me estoy desvaneciendo, mis ojos están cansados, mis piernas y mis brazos ya no luchan… casi siento seguridad dentro de la tierra parece que fuera mi hogar… mis pensamientos se han esfumado… de repente siento algo, es otra vez ese ser que no logro reconocer, empieza a levantarme, me saca del fondo donde estaba hundida, no sé por qué lo hace, no sé quién es…
Me alejo rápido y sigo caminando, todo se ha puesto oscuro, quiero regresar a casa, pero el miedo me invade, me siento perdida… alcanzo a divisar una persona a lo lejos, estoy muy segura que eres tú esperándome… Acelero mis pasos, mi corazón empieza a latir fuertemente, puedo escucharlo, estoy acercándome, ya puedo verte claramente me abres los brazos para recibirme, hago lo mismo, un segundo antes de poder tocarte, caigo al suelo y veo nuevamente ese ser que ha estado conmigo todo el tiempo, esta vez reconozco quién es, y a qué ha venido, me va a llevar, ahora lo sé y dejo que lo haga, es la muerte.
